Se est� vistiendo la huerta, de oro, rub�s y esmeraldas, como si fuera una novia, la hermosa huerta murciana.
Hay sauce arrodillado, entre naranjos en flor, y en los almendros parece, que al amenecer me voy.
Murcia, cachito de cielo que Dios una tarde se dej� caer. Y de ese cachito sali� el m�s bonito, el m�s primoroso y florido verjel. Limoneros verdes que se vuelven de oro, senderos de rosas se ve por doquier.
Naranjos que sue�an con marchas nupciales, la huerta murciana parece un ed�n. Camino del santuario, santuario de la Fuensanta, se oyo un concierto de pino, anunciando la ma�ana.
El lucerito del alba, hoy est� transnchador, quiere ver la romer�a, antes que la vea el sol.
Murcia, cachito de cielo que Dios una tarde se dej� caer. Y de ese cachito sali� el m�s bonito, el m�s primoroso y florido verjel. Limoneros verdes que se vuelven de oro, senderos de rosas se ve por doquier.
Naranjos que sue�an con marchas nupciales, la huerta murciana parece un ed�n, parece un ed�n.